Los datos de la DGT son claros al respecto: en caso de accidente, los sistemas de retención infantil reducen los fallecimientos un 75% y las lesiones hasta en un 90%. Por ello es importante tener claro qué sistemas hay disponibles, cuándo deben utilizarse y de qué forma. Los repasamos: Grupo 0, 0+, 1, 2 y 3.
Más allá de la sanción administrativa e incluso la inmovilización del vehículo, llevar a los niños sin el sistema de retención adecuado puede suponer un grave peligro para ellos en caso de accidente. Por ello es imprescindible usar siempre el más indicado para la edad, estatura y peso del menor, así como seguir las instrucciones de instalación al pie de la letra para garantizar una correcta sujeción. Ante cualquier duda, lo más recomendable es contactar con la tienda donde compraste la silla o incluso con el fabricante, si fuera necesario.
La normativa que regula el uso de estos sistemas de retención infantil es el artículo 117 del Reglamento General de Circulación, que como explica la Dirección General de Tráfico, establece la obligatoriedad para todos los ocupantes cuya estatura sea igual o inferior a 1,35 metros de altura.
SISTEMAS DE RETENCIÓN INFANTIL
Grupo 0
Corresponden a los llamados “capazos” que se colocan en el asiento trasero de forma transversal a la marcha y en los que el bebé va estirado. Únicamente son recomendables por prescripción médica, cuando por algún motivo es necesario que el niño viaje estirado.
Grupo 0+ (recién nacidos hasta los 18 meses)
Este tipo de silla es la recomendada desde el mismo día en que nace el niño hasta aproximadamente los 18 meses o 13 kilos de peso (o cuando la cabeza sobresalga de la silla). Siempre debe ir colocada a contramarcha, que es la opción más recomendada para evitar lesiones en la cabeza a los bebés (las más habituales a corta edad). Este tipo de silla se fija al coche con el propio cinturón de seguridad o a través del sistema Isofix. El niño, a su vez, está sujeto por el arnés que lleva la silla y que debe tener cinco puntos de sujeción.
Grupo 1 (de 1 a 4 años de edad)
Esta silla es la que se debe utilizar aproximadamente entre los 12 meses y los 4 años de edad, es decir, de 9 a 18 kilos de peso. Aunque con estas condiciones de peso y altura ya no es obligatorio que viaje a contramarcha, sí es recomendable que lo haga. Igual que en el caso anterior, la silla debe estar sujeta al asiento con el cinturón de seguridad o bien con sistema Isofix más un tercer punto de anclaje o pata de apoyo, para asegurarnos de que está bien anclado. El niño, por su parte, debe estar sujeto por un arnés de cinco puntos de sujeción.
Grupos 2 y 3 (de 4 a 12 años)
Las sillas de los grupos 2 y 3 están destinadas a niños a partir de 4 años y hasta aproximadamente los 12 años (entre 15 y 36 kg). Se trata de cojines o asientos elevadores que cuentan también con respaldo, por lo que en ellos el niño ya no necesita arnés sino que puede sujetarse con el propio cinturón del vehículo. Debemos asegurarnos siempre de que la banda diagonal del cinturón pasa por el hombro, nunca a la altura del cuello, y la horizontal está lo más baja posible, nunca a la altura del estómago.
A partir de 1,35 m (recomendado a partir de 12 años)
La normativa solo obliga a que los niños lleven sistema de retención infantil hasta que alcanzan los 1,35 metros de altura pero es recomendable mantener un elevador y que viajen en la parte trasera hasta medir 1,50 metros, para asegurarnos de que el cinturón de seguridad se les ajusta el máximo posible.
Fuente: Reale